Hoy fue tu cumpleaños…
y te quería sorprender…
con un regalo que nadie pudiera igualar.
Algo único…
algo muy especial.
Estuve a punto… de regalarte tiempo.
Tiempo para que no sigas envejeciendo,
para que lo detengas cuando seas muy feliz…
y lo adelantes cuando te hagan sufrir.
Tiempo…
para volver a ese instante,
y despedirte de esa persona tan importante.
Decirle que la quieres…
abrazarla…
besar su frente…
tenerla entre tus brazos una vez más,
como en aquellos días… que se fueron sin avisar.
Por un segundo…
pensé en regalarte amor.
Un amor que no te haga llorar,
donde todo sea felicidad.
Pero eso…
Un amor que no te haga llorar,
donde todo sea felicidad.
Pero eso…
eso sólo pasa en cuentos…
y en la televisión.
Y yo no quería regalarte una ilusión…
que terminara por romperte el corazón.
Porque el amor…
no son sólo frases bonitas,
ni caricias, ni pasión.
y en la televisión.
Y yo no quería regalarte una ilusión…
que terminara por romperte el corazón.
Porque el amor…
no son sólo frases bonitas,
ni caricias, ni pasión.
El amor también son discusiones,
dar la razón… y pedir perdón.
Es diálogo.
Paciencia.
Concesiones.
Es darlo todo… sin condiciones.
Después… pensé en regalarte amigos.
De esos que te hacen reír,
que se quedan cuando todos se van.
Pero luego recordé…
Que los amigos…
se cuentan con los dedos de una mano.
Un amigo…
puede ser un enemigo que aún no te ha traicionado.
Un amigo quiere verte bien…
pero nunca… mejor que él.
Entonces…
no supe qué regalarte.
Soy solo un simple mortal…
y lo único que tengo para darte…
es un cupón.
Un cupón válido hasta que llegue el invierno.
Un cupón por un abrazo.
Un abrazo de verdad…
que no es falso…
que llega directo al corazón.
dar la razón… y pedir perdón.
Es diálogo.
Paciencia.
Concesiones.
Es darlo todo… sin condiciones.
Después… pensé en regalarte amigos.
De esos que te hacen reír,
que se quedan cuando todos se van.
Pero luego recordé…
Que los amigos…
se cuentan con los dedos de una mano.
Un amigo…
puede ser un enemigo que aún no te ha traicionado.
Un amigo quiere verte bien…
pero nunca… mejor que él.
Entonces…
no supe qué regalarte.
Soy solo un simple mortal…
y lo único que tengo para darte…
es un cupón.
Un cupón válido hasta que llegue el invierno.
Un cupón por un abrazo.
Un abrazo de verdad…
que no es falso…
que llega directo al corazón.
De esos que te alivian…
después de un día difícil.
De esos que te hacen pensar:
“Ojalá el tiempo se detuviera aquí…”
Un abrazo que no quieres soltar.
después de un día difícil.
De esos que te hacen pensar:
“Ojalá el tiempo se detuviera aquí…”
Un abrazo que no quieres soltar.
También pensé en regalarte una cena romántica.
Una noche de verano… bajo la luna.
Velas encendidas…
una luciérnaga de fondo…
y una copa de vino.
Pero…
estamos en Latinoamérica.
Una noche así… es fantasía.
Los zancudos te comerían viva,
Una noche de verano… bajo la luna.
Velas encendidas…
una luciérnaga de fondo…
y una copa de vino.
Pero…
estamos en Latinoamérica.
Una noche así… es fantasía.
Los zancudos te comerían viva,
las velas se caerían y quemarían el pasto,
y el vino… mejor no llevarlo.
Sé que eres mala copa…
y el vino… mejor no llevarlo.
Sé que eres mala copa…
y bien loca te pondrías.
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